El Café 57

¿Por qué amo los días nublados y detesto los días soleados?

Los días también transmiten emociones. En mi caso los días nublados me provocan una nostalgia que disfruto demasiado. Es el día perfecto para tomar café en una terraza, escuchar jazz y dejar que la brisa y el viento me acaricien. Un día nublado y lluvioso es fresco, tranquilo y lento, muchas personas no salen a las calles por temor al frío, y en el caso de Hermosillo, por temor a quedarse atorados en las calles inundadas. En cambio un día soleado se va más rápido, cansa, y a mi en lo particular el calor a veces me pone de mal humor.

En ésta ocasión visité El Café 57, es un espacio acogedor, elegante y atractivo. Hay tres áreas; el área cerrada, un espacio que puedes reservar para juntas y otro espacio al aire libre en el patio. Me gustó mucho la decoración, desde sus mesas, sillas y cuadros, es un tanto clásica, pero lo que más me gustó fueron las ventanas de vidrio corredizas que dan al patio.

Es esencial el buen servicio al cliente, de eso depende mucho si vuelves al lugar o no, y en El Café 57 eres bien atendido en todo momento, tanto, que te reciben en la puerta y te acompañan hasta tu mesa. Los meseros y también baristas siempre están sonriendo y te atienden con mucho gusto, o por lo menos eso te hacen pensar.

Tienen una diversidad de alimentos, por lo tanto su menú es muy amplio: paninis, ensaladas, sopas, pastas, botanas, desayunos, bebidas preparadas, vinos, y por supuesto café 100% mexicano.